sábado, 4 de agosto de 2012

Plaga de Zombies

Intercambiando impresiones por esa calle, que es camino de todas direcciones, con el lado ese que nunca se ve de la luna y esperando una respuesta, eludiendo ese retazo de pensamiento que te intenta desesperar; ese puede ser un buen pasatiempo porque hay vivencias que no podrían considerarse desacertadas en ningún caso. Inclusive pasas de nuevo por ese rincón que todavía cree que sabe algo, que todavía piensa que existen los cuentos que ha leído y reitera su paso a zancada larga sabiendo que está ahí o debiera estar la solución a tal enigma, que es llegar a otro destino a partir de un mismo camino. Puede que no sea éste el que cambie sino que la que cambias eres tú, tú y tus circunstancias, tú y con quién decides compartir tiempo y espacio, tú y quién decide compartir o no tiempo y espacio contigo, el atrezo, más o menos apropiado a las circunstancias, y ante todo la experiencia pasada de todas las veces que has decidido emprender el paso. Y el paseo que no es sólo de ese de disfrutar el paisaje, los olores y sonidos, sino que es también un paseo por la memoria en la que algunas cosas te sorprenderán por inauditas y otras serán ya perro viejo.


Tanto para lo bueno como para lo no tan bueno, todo cae por su propio peso. Y no hay más que dos opciones, con lo que la decisión a simple vista parecería sencilla, que son aceptarlo y obrar en consecuencia u obcecarse en imposibilidades que en el fondo sabes que lo son; y todo para llegar finalmente al mismo destino que era el que ya se dejaba entrever desde el comienzo. La intuición es fiel consejera digna de no ser desoída.