viernes, 28 de febrero de 2014

Ígneos

Inerte materia sólo,
carne pudriéndose
contra piel corrompida;
corrompiéndose sudor
desvaído de vida,
desabrido recuerdo...
papel de lija
rasguñandome por dentro,
dejando dentadas fauces
de comer cabezas,
de remover recuerdos
y romper heridas
romperse la noche en mil...

Este quebror, viña sin ti,
las riendas de un sueño acongojado,
pasmosos tientos de engañar al ánima
desanimada, parte y forma del engaño,
forma parte de un peldaño
de escalado porte de camisa.

Abrirse en canal sólo para gusto ajeno, dejarse vísceras fuera en el intento de recomponer, de deshacer el daño, pero ese no se arregla con agujas e hilo, con camisa de fuerza puede ser, porque de estas no se sale ileso. Como condenado a muerte, cuchilla en cuello, vientres hinchados de puro infecto, pestañas postizas y seco de mirada seca.

Aguanta un poco que verás decaer, vas a ver cómo derrumbo lo poco que queda, los resquicios de un dolor primerizo para el que no hay defensas, sin muros de contención todo brota, la hiel se derrama en mis labios que beben con ansias de cuando niño, de cuando nada más fue conocido, de cuando el mundo eran dioses y reliquias. Vuelta al dolor primigenio, a la soledad de uno mismo cuando no ha sido aprendido al amor, a la tristeza del dolor ajeno, a la ventisca de las alegrías que compartidas se amplifican como los miedos en soledad, creciéndose por las paredes como enredaderas tras la lluvia, lluvia de soledades, de corazones desgarrados del pecho, descarnizados, recolocados, desconstruidos, reatados a la vida y moviéndose al compás de un dolor que no es más barco de pasar la tempestad, tripulación perdida, ni timón, ni timonel, ni cañones por banda ni bandera pirata. Sólo un músculo ........., duro invierno sin pesadillas de no dormir.