lunes, 22 de febrero de 2010

Para ser ahorcado...

Pensar que lo último que quedó fue el olvido de los días que aún quedaban por ser muertos, en un cuarto con ventanas al mundo interior, al aire que no nos llagaba, perezoso se rendía a la levitación, al pasajero sueño que es la noche

Ahora pañuelos blancos rinden su estructura como estatuas antiguas de siglos, siglos que se hacen horas... No hay segundas oportunidades para cambiar últimas impresiones. Al marchar sin querer abandonar,la marcha aúna avenidas sin carriles. Sin saber a dónde ir con tanta vida en la mano... así que la guardé en los bolsillos que no tenía para que no se enfriase para cuando llegara el otoño, ramas desvestidas delante de tu ventana, indiscretas

Un nudo en el estómago, que sigue intentando digerir tanta estrella sin sueños, con más motivos que no perder el tiempo que me quede de averiguar; el tiempo en que la sombre hace duda, la duda oculta las nubes, la nubes te restan luz, y sin luz la oscuridad costruye nuevos días. Antes que recreen ojos ciegos, de las quien, como si fuera su último día de disfrute en el mundo, con sus pasadas de roscas en un mes arañan navajas oxidadas de la humedad, y de no usarse

La barbarie invasiona el todo de huecos de nada, neuronas que no crean lo que ven tus ojos y toquen tus dedos, sólo cierto si queman las uñas, que hoy mordidas, hieren pero no se clavan, afilando su puesto reservado en la piel, en calidad de herida que sin cerrarse, nos recuerda quién somos y de dónde venimos


domingo, 14 de febrero de 2010

Noches cualquiera

Que tienes razón, que a muchas personas no les gusta la sinceridad aunque la pidan con desmesura. Que en realidad buscan nada más un acompañamiento a su silencio hondo, pronunciado pero de tan lejano que parece no existir, quedando mudo el sedimento y con él lo que nos enlaza a los demás y a la vida. Resultados inesperados en todo caso, y dolorosos en muchos de ellos







Tú sigue igual, que con los ojos abiertos se es más libre.

Así se ve mejor por dónde uno va, a dónde quiere llegar, qué es lo que debe evitar y qué merece la pena. No puedo evitar a veces inspirarme en el pasado, en lo que no pasó, en personajes curiosos, en los que no tienen nada de curioso. Que para gente normal, ya está llenito el mundo. Sin ofender (espero que sea así, vamos)


miércoles, 10 de febrero de 2010

Con este título no quiero decir nada de nada

Depende de todo, del día, viento, temperatura y humedad. Las noches llegan siempre después de cada pequeño tormento; aunque duda, la vida en la sombra retuerce hasta músculos hechos de fiereza, indómitos de creerse siempre a la defensiva, con el equipaje preparado para la huída hacia sí mismo después de peleas de calle vencidas

Las modas vuelve, los hábitos nos visitan cuando los creíamos esquivados y algunas reacciones que persisten en el aire para mostrarnos la magnitud de las normas que vierten sobre los hechos su capa de uniformidad (que a lo mejor es lo que algunos llaman el sentido de la vida)

A vuelta y media con su destino, que no le gustó lo que vio, que sus entrañas estaban ya carcomidas por el odio que le daba de respirar aires que no eran los suyos, perfume de flores malolientes y el vinagre del caldo mal cuidado

Algunas cosas son tan complicadas como complicados somos nosotros