sábado, 24 de enero de 2015

Inevitable Manera de Perder Tiempo

Arenal constante, sobre uno el otro,
desgranándose el devaneo;
cayendo, diminutos,
cantos rodados, roídos de tiempo
ojos de río desfallecidos,
primera vista engañada,
apático defiende 
primigenia mentira;
eso primero que..

y resurgen inocentes,
creímos pies juntillas;
como que existe el lobo tras un aullido
o un sentir tras las palabras
al que temer y nunca entre lo nebloso,
Averiguar,

al que rehuir desde el albedrío,
para que, aderezado circo,
amonestado, amotinado.
Indiferente;
callizo recalificado,
pero en  hueso resabiado, 
tropezante, se hace la traba al marchar,
torpemente pétreo y embotado.
Insípido.












Aire no anhelado
el de dolor de invierno,
gris, hiriente, inquietante,
exhalados años de premuras.
Libaría viento de ese,
de tu copa hasta el hartazgo
Hasta agotar el paladar;
mejillas, viento, dedos de mi pelo,
mechón anticuario de un tiempo,..
que huele a noche de abril,
un gusto dulce,
olor a frutas del verano,
rozando cálidamente.
La noche;
la que no miro
cuando tú no me miras
pero yo te miro
sin los tuyos ya pendientes;
vago colgada de tus esquinas,
huyendo de mí para andar contigo,
Asalto perdido siempre,
perdido también el hilo,
ha caído sin querer levantarse.
Todo listo, imprevisto, como siempre…
Recoger las redes,
sueltas las amarras,
descansar...