jueves, 10 de enero de 2013

Lo mejor de mí

Dejarse encauzar a ojos cerrados de una mano que no estire,
que no duela y que no vaya a marcharse,
al que no anhele afufar soñando despierta;
eso estaría bien...

No sé si si merece la reputación de coraje
cuando la disyuntiva goza de una sola alternativa;
así sea, que por una vez que no sea nocivo,
ni mal visto, ni un error ser impaciente.
Valerme de mi armero de antiguallas,
traficar sin reparos y alta presunción,
por una vez;

ver pasar oleada de rayas de carretera
sabiéndolas desfilar tan jactanciosas
como si se percatasen de su inimitabilidad…
Una y otra, otra más como las ya jugadas
las puedo ver allí delante, rancias antes de llegar.

Advirtiendo la eventualidad de otro rito
desclavar la provisional hilada del seno del error,
condescender solaz futilidad imperecedera...
Eso sí que estaría bien.