sábado, 31 de diciembre de 2011

La noche

Golosos tentempiés que fueron de ti y de mí,
ahora otros saborean quizás tales guisas,
días que en volandas llegan a mi repisa

Rebuscando así de lejos en el baúl de otro;
año huido entre la contienda y el sosiego
entre el pavoroso intuir, ser y no pienso;

y el más aún terrible ingrato de discernir,
no entender el cómputo puestos a ver;
de mi propia letra no alcanzo entender

Afable y costoso, la romana tampoco entiende
que con mano de trapo bosquejar el trazo,
se torna ardua labor y copado de tal fardo...

En este año que hoy muere sin costura a mano,
que ya no se sabe en dónde cae el escollo
ni hacia qué derrotero cursar tal embrollo



Y propósitos para el nuevo año, unos cuantos que no son ni dejar de fumar ni adelgazar 14 kilos.

martes, 27 de diciembre de 2011

Relecturas

Cómo saber si uno puede habitar por siempre fuera de uno mismo
y desde allí despertar la maquinaria a diario y hacerle guía;
Y hacerse amo de unos sentidos que ya no habito,
barruntar el desperfecto de un aire ya exhalado
reprimir el peso en los párpados de un día aciago
conmoverse con el roce de cadenas inermes
la risa en labios ajenos y el velado musitar de los míos.

En fin, un recibir como acopio de barreduras,
tremendo arsenal de contrariedad y desolación.
Y las mías, dudas de realidades más o menos objetivas,
como si uno puede llegar a morir de nostalgia
o ceñirse ilimitadamente el alma antes de detonar
a unos lindes que se desdibujan con cada rastro,
que ya no sabe uno si las pisadas van por dentro o por fuera.

Ya cansada, no tiene sentido ni desmentir,
lo que me empeñé en negar por tanto tiempo.
Y destapas el continuo vaivén de la vida
ese alejarte de algo para asistir a otro roce,
y la garganta con otro silencio atragantado, a medio huir.

Hay que hacerse a la idea de que hay ocasiones en las que no va a entendernos más que uno mismo, y con poca suerte ni eso.

martes, 27 de septiembre de 2011

Resoluciones populares

Tocar, sentir, los párpados cayendo pálidos en desmesura, como atraídos por fuerza escondida que todo lo amansa, acabando con la ansiedad al sumir lo absurdo en un sueño. Oír y decir palabras vacías anudándose a una causa que sin ser perdida poco a poco se desvanece. Volver a reaccionar desde los entresijos del miedo, del saberse virtuoso de castigo divino próximo y dejar de hacer lo obligado para sentirse uno mismo

Las ventanas vuelven a ser conciencia del encierro de quien no le atan ni custodian, pero actúa como miles de cadenas le impidiesen el vuelo. Pájaros del desaliento
En mitad del clamor, del revuelo y del poner el grito propio sobre el de los demás, las penas que no se crispan, a su son de aparezco y me esfumo entre distraídos discurrir del tiempo en un coche

Cuando lo cierto es la incoherencia de calibrar, recapacitar, reintentar para nada, las horas prontas en las que la ansiedad aprieta se convierten en felpudos en los que la espera parece una eternidad; platos sin forma ni gracia para servir más comida


Lengua enroscando infinito ser
Para no enrolarme en sonidos de hiedra
Anidar repletas vitrinas, sombreros de mala paja
Supurar resquemores de batallas de sábado
Y en cuando en cuando pechos deshaciéndose
resbalándote desdeñosos entre puerto y casa:
desordenados compases asemejándose a un río
sobando rocas tan resbaladizas de verdín
y cosiendo ese andar lúgubre de animal abatido.
A unos pasos nimios, un batir de alas
el morir como sereno discurrir de una orilla
como la inapreciable aprehensión del aire
o el rocoso sentir de una pluma
Párpados que duelen como el amarillo del norte
se entrecierran con placidez de una barca
en un día calmo con ceñir de sirena,
oliendo a tormenta de verano
Sentir que se aprisiona, tal es la savia en un tronco
en pupilas que se cruzan sin inmutarse
en hierática algarabía del que miente
en abyecto patetismo del indolente
en gritos sin más motivo que gritar
Hebras sedosas para cargar cristales
y un no pestañear de ponientes que impone
Zancada atrás,
Contragolpe,
Valorar las mermas,
Y cuando se acerca el seco dulzor del pino
se reabren al sueño de mi ombligo
los días de bici y heridas
de larga caña
embarrando, enmarañando el nudo
amansando secuoyas como fantasmas,
derribadas en monótono roce de aleluyas
inerte claraboya alejándose…
A veces hay que ser costalero de uno mismo
caminar con el corazón en la mano
un secor pantanoso cerrando el atajo
requerir sin respuesta un blandir del irresoluto
alentando con temblor de pedrada
aspirar repetido de sentir de carcoma,
oler la madera muerta,
sucumbir un poco, y continuar

A veces la vida es como intentar recordar una palabra que sabemos encaja en un crucigrama y no encontrarla; y resarcirse sabiendo que no la encontrarás con el sencillo placer de la búsqueda; y sufrir, asimismo, por exactamente el mismo motivo

martes, 31 de mayo de 2011

El tiempo no es importante

Es curioso detectar todas esas pequeñas y grandes cosas que hacemos de determinada manera porque en algún momento algo condujo a hacernos pensar que ese era el modo apropiado, que era algo de lo que avergonzarnos, o algo digno de ser realizado en esos momentos en que tenemos la certeza de que nadie puede echarnos un ojo encima. Y un gusanillo inexplicable nos vuelve a guiar por ese viacrucis de imágenes que ya conocemos. Pisadas que en la arena virgen pueden aminorar el paso tras varias repeticiones nos hacen más liviana la marcha (¿hacia buen puerto?)

Esto supongo que nos ocurre a todos en mayor o menor medida
En el caso que me ocupa hoy (más bien últimamente, pero en modo mental) es de otra modalidad de estancamiento. El de soportar. El de ponerse en situaciones que nos hacen sufrir y nos degradan como personas y de las cuales no hacemos nada por huir. Hablo de muchas mujeres de las cuales conozco muy a mi pesar cómo es su vida de pareja. Y con mucho más pesar tengo que verles a ellos cuando las damas no están presentes

Me apesadumbra cada día preguntarme por qué soportan semejantes desplantes, faltas de respeto, infidelidades repetidas…; el desamor

¿Por qué? Por que no sabía yo que le iba a coger tanto cariño… porque es que no lo hace todos los días… porque es que yo creo que ahora ya no es como era antes… y como estas vagas excusas para no afrontar el miedo a recomponerse otras miles podrían añadirse

Desencantaros nenas, porque no va a cambiar, lo va a hacer siempre que pueda, y lo que le tienes no es cariñito del bueno sino dependencia emocional

Y en parte me toca las narices por ver a mis mujeres tristes sufriendo, y en parte porque los estereotipos se mantienen a base de aguantar situaciones inaguantables para el beneficio de muchos, muchos, que no todos, que les conviene mantener el status quo de mierda que tenemos para algunas cosas

jueves, 14 de abril de 2011

Falsas apariencias y otras historietas del debajo del hoyo

"No sé por qué..." pero últimamente no llego a averiguar si es buena idea evitar a los que no sé en qué momento han llegado a la conclusión de que su misión en la vida era adoctrinar, que no intentar entender al otro, y eso me huele a técnica dictatorial como modo de relación

A golpes con el niño muerto, como venganza del recuerdo siempre en repudio, que por una vez se vestía de deseo por lo que un día pudiose decidir por el ser

Y entre ser y no ser, revivir algún ánimo, anóminos todavía cantos a lo desconocido.
No he cejado ni un esfuerzo al encuentro con todo este destino, deseado o no, que no es más que una cortina a correr sobre el negro fondo que pintamos a diario. (el viento de frente frena y despeja el rostro, el que nos da en la espalda llega sin ser visto y, a veces, pasa de largo a nuestro lado sin sernos de provecho, y lo odiamos un poco por ello)

Arrancando a mano de tierras fértiles, como del propio alma, escarbando, apartando el sustento inservible que no quiso elegir volver para ver que fue de ella en otras manos, propiedades de nadie. El hallazgo raíces de agua contenida esperando un mejor momento

¿qué esperabas del invierno más que viento y lluvia? A veces todo es cuestión de expectativa… qué esperas recoger, con lo que has dado, qué piensas que te debe dar la vida, los demás, etc. Expectativas materializadas en espera












Por qué seguimos respondiendo igual a las adversidades (igual de mal, me refiero) experiencia tras experiencia… parece que cada hecho negativo deja su bandera en alguna parte de nuestro ser, pero las victorias no marcasen un hito que nos hiciera replantear el propio autoconcepto. Buscamos la forma de reafirmarnos en lo negativo y rehuír toda la información que nos llevaría en una dirección tan distinta…

Piensa que cuando todos te consideren acabado es interesante ver si de verdad has acabado con las cosas que deseas hacer. Si la respuesta es no, me temo se equivocan, como casi siempre vistas las cosas desde afuera

Algo se nos aferra de nuevo en nuevo al pequeño, que nos niega parte de la evolución lógica. Y éste no desaparece a menos que lo dejemos detallar su parte; tienen su propia visión de los hechos y no va a admitir que la realidad es otra; tras esas cuencas vacías de expresión esto es así, nada más que puro sentimiento buscando su hueco para ver el mundo y salir, y hacer ese trecho que le queda para, por fin, dejarte a ti solito hacer el tuyo

Mi lecho tallado es de roca, que con paja se olvida su dureza.
Los dados están en el aire, pendiente el siguiente paso de su destino repetitivo. Giran, golpear, rodar y dejarse vencer, amoldando su ser al lecho que recoge su caída. Pero qué hacer cuando el lecho es mar y sus aguas turbulentas, y sus caras déjanse ver en alternancia, como día de 3 soles. Más caras, más olvidos ineludibles, más vueltas, sin futuro mínimamente predecible. Miradas que fugaces desaparecen, pero a estos no les pidas deseos, no son más que un reflejo de un día hermoso en los ojos que lo recuerdan









Puerta, llamarás, será como un ruido no escuchado,
miradas viles,como de odioso sentimiento,
territorio hostil, a veces, aún sembrado, aún sembrando
agostado, eso sí, listo para la venta
el género descuidado, ahí sigue
la valentía que siempre se te esconde detrás.
Y yo que lo miro todo, y no hay ganas.
Reforestar, cultivar, cuidar,
Y no hay ganas,
Por más que lo intento

lunes, 31 de enero de 2011

El camino para el regreso

El tiempo del regreso es igual que el de venida, más lo que nos dejamos en todas las pausas para, mirando entre el recelo y la curiosidad, ver si nos persigue

Cuarteando brazos tempranos puedo
ver desde ahora cómo son sus dientes
marchitos nidos sin sostén que cayendo
vencen con resistencia la corriente;
con un caer y caer que es nunca llegar,
alzarse doliendo para sólo ver marchar

Lo peor de su insistencia es ser trayecto,
ser viento atrapado entre sus ramas,
entre sus débiles puntos inyectos
e impávidos contemplar

Pulimentado aliento creador, el que engaña,
al que no hallaré más sentido,
que alimentará al cuerpo de palabras.
Tómate otra, que yo invito;
el escarnio imantando al contado;
negro albor es, en fin, su brillo

La creación del alba en la noche no abandona
y en ella miedos, lástima, y otros sentimientos aciagos
dejan vía a desvelo del que no perdona,
dibujando sobre grises, ejes cartesianos


miércoles, 5 de enero de 2011

Las vidas de posibles II

Como el engaño deliberado para quien cree a sus ojos antes que a sus manos. Por eso a manosear nuestros propios ideales. No hay mejor forma de comprobar cuán ciertos son, cuán desnudos están. Hay cosas que existen porque la contamos; es el engaño del lenguaje, es el timo de la realidad construída, la ciudad de las ideas donde pocos son felices

El afán de las horas muertas profanando la paz del desasosiego, del que si sacan es contravoluntad y sin el que no sabemos vivir, a falta de más interior, más vida que así por ser lo mejor para el propio ego



Personas sin alma a la competición para arañar rostros con insatisfacción. Y el poco valor de personas que aprecio para, "simplemente", ignorarles y buscar un camino que aparte, además de caminos de tiempo, ascuas que calienten, ahumen, ahoguen a veces, iluminen con rojos las caras que respiren de su ser, consumiendo ambos el oxígeno de un ambiente arrebatado por las vidas. Fuego como camino de rendición, redimirse, renaceres múltiples y muertes únicas

Todo pasa, incluso el tiempo; tras de mí alguien vestido de caballero echa su vida por la ranura de una tragaperras

Gastamos más energía muchas veces en autodestruírnos que en sacarnos de una situación penosa. ¿No sabemos? ¿No queremos? ¿O no "procuramos tanto bien" para nosotros mismos como para con los demás?