Como el engaño deliberado para quien cree a sus ojos antes que a sus manos. Por eso a manosear nuestros propios ideales. No hay mejor forma de comprobar cuán ciertos son, cuán desnudos están. Hay cosas que existen porque la contamos; es el engaño del lenguaje, es el timo de la realidad construída, la ciudad de las ideas donde pocos son felices
El afán de las horas muertas profanando la paz del desasosiego, del que si sacan es contravoluntad y sin el que no sabemos vivir, a falta de más interior, más vida que así por ser lo mejor para el propio ego
Personas sin alma a la competición para arañar rostros con insatisfacción. Y el poco valor de personas que aprecio para, "simplemente", ignorarles y buscar un camino que aparte, además de caminos de tiempo, ascuas que calienten, ahumen, ahoguen a veces, iluminen con rojos las caras que respiren de su ser, consumiendo ambos el oxígeno de un ambiente arrebatado por las vidas. Fuego como camino de rendición, redimirse, renaceres múltiples y muertes únicas
Todo pasa, incluso el tiempo; tras de mí alguien vestido de caballero echa su vida por la ranura de una tragaperras
Gastamos más energía muchas veces en autodestruírnos que en sacarnos de una situación penosa. ¿No sabemos? ¿No queremos? ¿O no "procuramos tanto bien" para nosotros mismos como para con los demás?
miércoles, 5 de enero de 2011
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