lunes, 30 de marzo de 2009

Cuchara de hierro


En los últimos años siento que he aprendido mil cosas y desaprendido otras tantas, valiosas, mediocres o inadvertidas pasaron por mi vida o quizás nunca pasarán. Hoy miro caras como deliciosos postres que nunca llegué a probar por estar demasiado llena; o que devoré con la consiguiente indigestión. Ya no escribo la mitad de cosas que leo en k, las teclas bailan solas con algún que otro tropiezo y algún que otro despiste impagado.

Quizás sea mejor así. Dejo, pues, que la lluvia moje mi cara para recordar de donde vengo y pensar, alguna que otra vez, cómo diferenciar medios y fines, lo absurdo de algunos plazos aplicados a razones del alma y el modo más rápido de quedarme sorda para no tener que oír tanta absurdez reunida por convenciones de sabios en torno a otra ronda de alcohol.

martes, 24 de marzo de 2009

Mi viaje por carreteras secundarias


Me asomo despacio, que no me oiga, que ni me mire; que puedo darme cuenta de que otra vez me equivoqué de rejas y siempre detrás encuentro alguien o algo que vuelve a recordármelo.

sábado, 21 de marzo de 2009

Eros


Enganchado a noches rotas sin vela ni delicias,
buscando dentro el ruido y la guerra, y fuera…
siempre a la caza látigo en mano y ojos bajos
en donde fe, amor y holgura están en huelga

Penado en techos de madera humedecidos
salvaguarda nube de otoño oculto en la puerta
no abre ni cierra al destino, mudo nada más
mira sin ver, sin masticar, en canal abierta…

Otro abril devastando el frío que mantenía
glaciares secos, esqueletos sin forma de árbol
y ruinas inalcanzables para demoler de nuevo
sin más, bigas de caramelo de malogrado encanto

Mi paciencia para andar, mil veces olvidada,
desde el palenque me grita que vuelva por ella
que no piso en llano y olvido a dónde iba
hace muchos rezos que no perdono quien era

Oigo sesenta voces si me asomo en mi abismo,
apenas un susurro, otras a gritos sin reclamo
tienen cuerpo y demonio, tienen más que eso,
tizne no sin hambre sobre el alma guardado



viernes, 6 de marzo de 2009

Miles de coca-colas pendientes


No sé si tendré razón, como afirman los electroduendez, en ese: pero a veces cuesta arrancar! Parece que estemos eternamente buscando ese algo o alguien que nos saque del letargo y nos empuje a hacer lo que realmente queremos hacer. Somos eternos adictos ávidos y expectantes del exterior, a la busca y captura de la emoción y la motivación que nos arrancaron o nos fueron arrancando poco a poco en el trayecto.

Pero también se abre un mundo de posibilidades... Para aquellos que alguna vez se preguntaron qué pasaría si perdieran el trabajo; según ellos, lo que mejor les hace sentir...

jueves, 5 de marzo de 2009

Con los crespos hechos en campo libre

Lo peor de la incertidumbre por lo que está por venir o nunca llegará es la espera. Después de certezas perdidas no sé sabe muy bien dónde, prefiero no pensar que queda algo por llegar.

En calma no me sorprendo ya de que los síes se conviertan en noes y viceversa.