miércoles, 22 de agosto de 2018

Puro Vicio

Nada arde más duro que un recuerdo,
ni se vencen miradas,
guiños a un porvenir,
desanudando gargantas;
nada más duro que un abrazo de despedirse,
más loco que un día solo,
amando solo, siendo sólo,
dejar pasar a los pájaros
al gris de un día en blanco;
y fallar sin penas ni reproche,
a falta de dos...

cuánto vicio al mirar,
y cuánto derrocho al hacerlo,
con uñas y sin dientes,
para ti desde aquí te digo,
que son mis días uno sólo,
en el que me siento a mirar,
y pasan por la calle a miles,
y no les veo aunque mire,
cuesto entender desde afuera,
y los labios de no usarlos se engangrenan,
se enmohece la pena de tanto chiste,
tan mal contado que no reí;
no vi la pena tras tus dedos,
que movían el aire a carcajadas,
y hablaban de un tiempo...
otros aires,
otra sangre por las venas;
un callar de a traguitos.No sé si es verdad eso de que no hay más ciego que quien no quiere ver, pero hay quien se hace maestro en cargar frustraciones e intentar mirar hacia otro lado. Y ahí con la mirada vaga y el alma encogida pasan los días igual que ayer y parecido a mañana envueltos en capas de disconforme aliento.

martes, 21 de agosto de 2018

Tiempo, sólo... tiempo...

Cuántos mimos fingiendo tu farsa,
tanta luz...
mostrando mis sombras,
mis brazos tendidos,
la boca seca de reír,
las semillas hilarantes
de ese haber de penumbra;
ese entrever o entrenseñar
o divisarse a lo lejos,
entre tantos, entre el grano,
párpados aquejados de ternura,
inmóviles, inquietos,
hijos de la premura,
de obligado peso...
días de sol de piel ardiente y olores a tormenta de verano.