los ojos rasgados, felinos, de ultramar acorazados,
las manos... vencidas obrando milagros
en las mías se han afincado cediendo el tiempo al tiempo,
desvainando la miga y deshojando pétalos caídos;
ya sólo aspiro a mirarte a los ojos, y que me veas
así sin espejos, sin
la mirada falsa de un sueño impostor
y sin lo sucio que hay en la mirada del alevoso.
Quisiera ahora desgranarte por antojo,
y a ti removerte, acicalarte los ojos
para que así veas tu sueño.