Cuesta asumir a veces las cosas más simples, las que más nos definen como personas. El combatir entre extremos que, en pequeñas lagunas de tiempo, parecen extenderse infinitamente, perdiéndose la razón incomprendida e incomprensiva y desquiciada por no saber lo que le cuesta el pan que se come a diario.
Barca no suelta amarras a puertos de olvidados barcos,
de olvidadas luces cuando el sol decae en las ventanas,
y alguien ya no recuerda las noches que aún llegan
a morir en frías despensas esperando mar sin descanso
Vuelve para que sepa lo que es recordar teniendo delante,
lograr concretar en un segundo lo que he pensado en años,
ver cómo el sentido se recrea en mis sentidos, recordarlo,
no me sigas si no entiendo el momento en sinsentido alarde
Como piedras en otro tiempo apreciadas, riqueza imberbe,
albergo a recaudo tres momentos fébridos sin calma,
entrometidas, imágenes y palabras en abyecto vaivén
sin más valor que lo surgido con predestinada muerte
lunes, 13 de abril de 2009
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