martes, 23 de junio de 2009

Nunca hay suficientes


Ten mi cordura que se te escapa entre segundos de piedra,
de dormidos sentimientos pendientes de un hilo de arena;
no hay más que humo detrás de las cenizas
y dos cruces en mi garganta yacen anudadas,
a un haber sin entender al llanto desconsolado
de unos ojos que no esperan a nadie ni a mí.


Llega otra vez la oscuridad con su pluma
de oro, piel, hiel y brillo de otra realidad.
Más que tener esto es carecer del vilo
de un corazón que lucha por nimiedades
de victoria que nada a brazos partidos por el viento
la derrota no quita a quien observa el desahucio del tiempo


En un dos por tres la vida en tinieblas
del alma, de los ojos y de las manos
de todo aquel que quiso querer el horror,
quien no vio la falta en mi ánimo,
quien no juró lo que hubiera jurado
ni advirtió la nada por entre mi vientre,
el candor de algún pecho olvidado... con la risa torcida de niño herido

2 comentarios:

  1. Precioso...seria un detalle que dijeras los autores de lo que escribes y asi iriamos descubriendo cosas nuevas. Que yo me sacan de los clasicos y no se nada.

    ResponderEliminar
  2. Acabo de tener la estupida sensacion de que es tuyo?
    :O

    ResponderEliminar