sábado, 21 de abril de 2018

Quedarse con las Ganas de Pegar


Aspírate en mis narices tus miedos,
que de tanto aspirar se trastorna hasta el más digno de mis retales.
Válense las tretas, los atajos y las habladurías de pasillo,
las pilladas al vuelo y los besos a escondidas.


Me vale en realidad todo de ti y en ti ahogo la pena cuando me viene;

pero qué hacer cuando se apega a mis manos cuando te veo marchar,
o soy yo la que una vez
más me oculto en serenatas y piedras y ya no estoy ahí contigo.
Quién enfriará estas llamas que se corroen de neuronas afines…

No hay comentarios:

Publicar un comentario