Menuda rendición al aire,
absorta en un punto,
y a medias,
en medio camino,
entretanto lirio y un oro
ya han cedido los dioses
y se cae mi pedestal,
reinan homilías
donde antaño un dicho;
hubo también supervivientes,
y un manifiesto de muerte;
tuve entonces la certeza,
y el desdén
de acuchillar el mar a lágrimas
también gritos y sordera,
hubo miedo...