No se hizo esperar...
tiene luz y la regala,
es un arte que mira
como si ya nada existiese...
Desde entonces crece musgo
en arrugados espacios,
recovecos y cielos,
que manejar sin manos,
desde allí sonrío a escondidas
y el aire perfuma la casa,
y ya no sé si es
posible, es, que me hablen
tus voces al oído.
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