Será porque los diamantes se me antojan sospechosamente parecidos a cuando se me rompe un vaso en casa… Distinguir algunas cosas de lejos es complicado; determinar valor o valores sin tener entre las manos (y cuando llegamos a tenerlo, ¿seremos capaces de no alejarnos del objeto y evaluarlo basándonos en criterios propios?). ¿Quién dice qué es lo que vale y qué es lo que no? ¿Qué merece ser apreciado y qué debería cambiar para ser considerado como un mínimo aceptable?
Hoy me he sentado a leer mi “diario” en la parte de estas mismas jornadas pero hace un año; No Comment, por si acaso. Paso enorme de metas sugeridas a algunas propias, prestadas, no encontradas todavía, casi todas. Hoy todavía me rodeo de cosas que me son muy ajenas; muchas más de las que nunca hubo por aquí y en otras casas. Cada vez parece que hacen más conjunto con el resto de la habitación, y no sé si es preocupante o todo lo contrario
lunes, 23 de noviembre de 2009
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