Y más tarde, cuando un gallo despierta la noche para nacer en el viento que la borra hasta desdibujar otro día sin más. Estúpido sol, para qué te arreglas los días nublados?
Que cuando llegue me pille escondida, cubierto ya de la ceniza de haber quemado hasta la penúltima idea estúpida, y hasta uno más de tantos intentos infundamentados por alcanzar un sueño u otro
Blanca la cima, la encima, y las manos que las buscaron sin levantar la mirada de la sombra, que todas ellas proyectaban sobre todo lo demás, sobre mares con peces, corales y olas en miniatura, tejiéndose aún hoy tapiz de tiempo casi remoto, casi roto por el tiempo
Miles de cosas por hacer y miles a las espaldas ya hechas; recuerdos desmigados haciendo camino sobre tierra y arcilla, reencontrándose pistas que no se haya comido todavía ningún bicho, buscando el lenguaje "correcto" pa que se me entienda
lunes, 25 de enero de 2010
viernes, 8 de enero de 2010
Cántame la de ya pasó
Con caras de vicios abandonados, otros recuperados, aire alcanforado y cierto olor a alcohol en el ambiente; paso obligado para 4 millones de personas, 2-3 horas de compañía y calor, si no se les estropea la caldera
domingo, 3 de enero de 2010
Castigo divino
A la luz de atardeceres que parecían incendiar el horizonte
La contradicción que acompaña en su humareda el final del desastre hasta sus últimas consecuencias, hasta el final de yemas de dedos agarrotados de no tocar, de no asentir en fiestas de desconocidos que miran de refilón otros rostros congestionados por el miedo de perder todo lo esperado; o de perderse entre lo que nunca debió traerse hacia su rellano
Y a la oscuridad se la come el frío sin dejarla respirar cuando la madrugada retuerce los pedazos que componen un cuerpo a gajos descosidos. Pero igual con pegamento sirve para unirlos de nuevo, por un tiempo o por siempre; para jugar de nuevo a tirar piedras y dolernos al reír del mundo consentido
Sigo a ciegas
La contradicción que acompaña en su humareda el final del desastre hasta sus últimas consecuencias, hasta el final de yemas de dedos agarrotados de no tocar, de no asentir en fiestas de desconocidos que miran de refilón otros rostros congestionados por el miedo de perder todo lo esperado; o de perderse entre lo que nunca debió traerse hacia su rellano
Y a la oscuridad se la come el frío sin dejarla respirar cuando la madrugada retuerce los pedazos que componen un cuerpo a gajos descosidos. Pero igual con pegamento sirve para unirlos de nuevo, por un tiempo o por siempre; para jugar de nuevo a tirar piedras y dolernos al reír del mundo consentido
Sigo a ciegas
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