domingo, 9 de mayo de 2010

¿Cambiar o no cambiar?

Cambios que nos hacen avanzar en algún sentido, en busca de alguna meta cercana pero intocable; o cambios hacia la nada, el vacío existencial, hacia la falta de vitalidad, de sueños en que maquinar de noche, evitando el tedioso repaso del día, sus fallos y sus insatisfacciones. Son caminos, ambos, que en algún momento hemos de recorrer. Conocidos pues, quedan a la orden del día como realizables sólo dependiente éste de la/las decisiones que tomemos mientras las horas ruedan por la cuesta del tiempo perdido

Los sueños rotos nos persiguen de noche como los fantasmas que nos atenazaban de niños, trasfigurando la paz del espacio más íntimo en un mar de sombras, espejismos y miedos. Nos sumimos en el sueño de múltiples modos para escapar de la pesadilla

Si ya cuesta andar en los propios zapatos (de esos ya desgastados, pasados de moda), tanto más si son de otro. No hay buenos consejos ni una mayoría de intenciones sanas al respecto, por desgracia. Sólo generalidades que todos conocemos pero pocos practicamos

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