Vivir viendo la sombra de lo que se fue o reflejo de lo que te harán ser hacen resurgir las ganas de crecimiento inusitado. Y ese muchas veces deviene en las mayores frustraciones por falta de fe en uno mismo
Al olvido con sueños, metas y caminos, borrados con ira bajo tus pasos. Bien cogido el látigo de cuento con el que espantas las moscas
No sabrá dónde quiso llegar a estar ni dónde perdiste el aliento para intentarlo. Dónde la energía de ser sin autoreproches ni la fatal falta con resultado de indulto bajo premisas de cariño
La simpatía sin encantos de fondo dan al traste con las mejores intenciones al respecto: con esas de prosperidad, casa, libros, coche, viajes y hojas de periódico. Y al final lo conocido. Amenaza intermitentemente sigilosa tras cada movimiento
jueves, 6 de mayo de 2010
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