lunes, 2 de febrero de 2009

Segundas y siguientes partes


A fin de cuentas, volví a mi espíritu de pino , una vez más, meta y fin de mis caminos desde que emprendo caminos. Para comprender un poco más que las cosas son lo que son, no lo que parecen, ni lo que a uno le gustaría que fueran. Piedra, camino, simiente o pino, cualquiera de ellos en su lugar gana sentido y forma.

Cerca del final los límites se confunden; pero ya no hay viento, niebla y arena, sólo ojos que miran sin ver. Sólo queda apurarlo, o desandar sobre los propios pasos, sobre huellas tantas veces seguidas, pruebas de lo que probablemente uno no sea.

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